El Servicio Exterior Mexicano

COLABORADOR INVITADO / Juan-Pablo Calderón Patiño

(26-03-2018).- Quien pase el examen del Matías Romero, no merece el Servicio Exterior, merece ser Presidente de México…

Anónimo

La vida del Estado mexicano ha sido una batalla constante en la que además de su cuerpo armado sus diplomáticos han consolidado la primera línea de defensa de la soberanía nacional, hoy entendida casi como alquimia en la cartografía global de la interdependencia y la multipolaridad. El Servicio Exterior Mexicano (SEM) ha sido el cuerpo profesional de carrera que en la vida civil ha brindado páginas de orgullo a la historia nacional. Matías Romero, Genaro Estrada, Alfonso Reyes, Torres Bodet, entre muchos otros, son reflejo de que su tarea titánica en virulentos tiempos fue de excepción. De las filas del SEM, dos de los tres premios Nobel de México han salido; Alfonso García Robles y Octavio Paz, que lograron el galardón para la paz y las letras en 1982 y 1990. El talento de los dos laureados mexicanos ha sido único, pero su paso por el SEM pudo magnificar su obra. Otra fortaleza ha sido el papel de la mujer en el SEM desde que Amalia González de Castillo Ledón fue la primer mujer embajadora mexicana en el sexenio de Ruiz Cortines. Sucesora en la embajada mexicana en Estocolmo del insigne Emb. Gilberto Bosques (que salvó más vidas que Oskar Schindler en la SGM) junto con Rosario Green, Carmen Moreno Toscano y Olga Pellicer, además de varios ejemplos imposibles de nombrar, han dado brío a la diplomacia mexicana.

La ley que regula al SEM data desde 1994. La entrada de México al TLCAN, una economía abierta y una nueva agenda global, reclamaban un nuevo andamiaje. En la recta final de la actual administración el Congreso de la Unión aprobó importantes reformas a la ley en la materia -casi en fast track con la venia presidencial-. Si bien no es tarde cabría preguntarse, ¿no era propicio hacer esta discusión desde la primera alternancia presidencial en el 2000? Si en muchos países existe un replanteamiento integral de los Servicios Exteriores, ¿por qué en México esa discusión es un islote cuando la globalización no perdona escalas y donde la relación con el vecino del Norte, antes de Trump, está llamada a reinventarse?

La importancia al SEM desde que la democracia mexicana ha madurado en alternancias, ha sido escasa para un mecanismo de Estado. No ha sido el tema de México en el exterior un tema de debate electoral y mucho menos se ha cobrado conciencia en la mal llamada clase política del impulso que se le debe de dar a la propia SRE, que ha mantenido un prepuesto inercial y no ha logrado ser la coordinadora de la acción del gobierno mexicano en el exterior, como sí lo es la mítica diplomacia de Itamaraty en Brasil. Pareciera que «entre más democráticos, más aldeanos somos» o bien, se ha dejado que las inercias continúen por el tamaño y características de nuestra economía, comercio, demografía, geopolítica y rica herencia cultural milenaria. Esos indicadores ayudan, pero no son nada si no se trabaja en identificar y defender a diario el interés nacional. Desde el 2000 al 2017, de acuerdo con los informes presidenciales, de 1067 a 1125 miembros en activo en el SEM han cubierto las 193 relaciones diplomáticas y una red de 86 representaciones diplomáticas y 70 consulares, ¿es suficiente?

Octavio Paz escribió que sus ascensos tenían la impronta de ser «lentos y su carrera, mediocre», quizá exageró, pero su testimonio es ejemplar para cientos de miembros del SEM que así lo viven. «El engranaje de ascensos está bloqueado entre amiguismos, falta presupuestal y favoritismos», claman algunos. Verdad no faltará, como también reconocer que no todos los «externos» han sido negativos para la política exterior mexica- na. La diplomacia es articular experiencias y no un cerco parecido a una cofradía. La ampliación presupuestal ayudará a librar el engranaje, sin embargo el SEM no puede estar sin descubrir una nueva mística de su papel en el siglo XXI. Si Tlatelolco la tuvo, la mudanza a Juárez ha sido huérfana de encontrarla.

El autor es internacionalista por la Universidad Iberoamericana.

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Fecha de publicación: 26-03-2018