Israel-Gaza: una conversación necesaria

Por Delfina Banchero, estudiante de Relaciones Internacionales, Universidad de San Andrés, Argentina. Contacto: [email protected]

Grupo de investigación de Paz y Seguridad Internacionales.

Cita sugerida: Banchero, D. (9, mayo, 2024). Israel-Gaza: una conversación necesaria [Artículo de opinión]. Centro de Estudios Estratégicos de Relaciones Internacionales. URL: https://www.ceeriglobal.org/israel-gaza-una-conversacion-necesaria/

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Actualmente, en la Franja de Gaza, se está viviendo uno de los peores desastres humanitarios de los últimos tiempos. Andrew Gilmour, ex Subsecretario General de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, recientemente afirmó que la tasa de muertes civiles en Gaza es la más alta en todo el mundo desde el genocidio de Ruanda, una mancha indeleble en la comunidad internacional que se cobró la vida de 800.000 personas en tan solo 100 días. En el mes de abril se cumplieron 30 años de esa tragedia y parece que la lección nunca se ha grabado en la conciencia colectiva.

Otro antecedente conmemorado en abril es el genocidio armenio, perpetrado por los turcos, silenciado por múltiples países, incluso Israel, cuyo pueblo fue aniquilado con métodos y narrativas muy similares. El vocablo «genocidio», usado para describir las atrocidades cometidas en el Holocasuto, fue acuñado por el abogado judío Raphael Lemkin. Él mismo consideró dentro de dicha definición el caso armenio, el segundo genocidio del siglo XX, después de Namibia. Y aún así, a pesar de la historia compartida, la sensible relación de Israel con Turquía resulta más influyente que cualquier obligación moral por parte de los israelíes de reconocer el genocidio armenio. Dicen las lenguas que Adolf Hitler pronunció la frase “¿quién habla hoy en día del exterminio de los armenios?” frente a las SS para incitar la matanza de judíos.

Entonces, es la pasividad internacional la que nos condena a repetir la historia. La excusa de no saber lo que está pasando ya es obsoleta hoy en día: el drama gazatí es televisado universalmente a tiempo real y sin censura.

Foto: Agence France-Presse

El descubrimiento de los 300 cadáveres en una fosa común en Jan Younis es una muestra sombría de los límites que cruza la impunidad con la vida civil desde hace ya siete meses. Entre los cuerpos se encontraban palestinos vestidos con batas médicas, otros con las manos atadas y disparos en la cabeza, algunos desnudos, pacientes del hospital todavía entubados, mujeres y niños, todos mostrando signos de abuso, exhumación o desfiguración por tanques de guerra. Además, una investigación de Naciones Unidas evaluó la potencial evidencia de cuerpos enterrados vivos. Este trágico hallazgo evoca el recuerdo de otro oscuro episodio de la historia: en 2006, los kurdos encontraban 300 esqueletos de armenios masacrados en 1915, en la región turca de Mardin, casi un siglo después. La impunidad sepultada bajo tierra con el pretexto de la autodefensa. Fue así en todos los casos. En Camboya (1975-1979), Srebrenica (1995), Xinjiang (2014) y el “Holodomor” de Ucrania (1932-1934), también.

Lo que está ocurriendo en Gaza ¿es o no un genocidio?

Ahora bien, los tímidos llamados de Biden a proteger la vida de los civiles, los sucesivos vetos para un cese al fuego humanitario, la dilatación de una resolución del Consejo de Seguridad, la inmune desobediencia de Israel a las órdenes de la Corte Internacional de Justicia, nos demuestran que no hay un régimen internacional de derechos humanos ni una política de name and shame efectiva en este contexto. La Haya, por su parte, puede demorarse años en un veredicto.

Pero no hay más tiempo para los gazatíes. Reanudar la financiación a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) o enviar lanzamientos aéreos en concepto de ayuda humanitaria pueden ser acciones necesarias, pero no suficientes. Abrir todas las rutas terrestres y aumentar significativamente el flujo de camiones era impostergable. Con todo, la comunidad internacional optó por no imponer sanciones y la condena a secas fue enérgica recién con la muerte de los siete trabajadores humanitarios extranjeros o, si se quiere, con la implicación peligrosa de Irán, ambos “excesos” de las Fuerzas de Defensa de Israel. No así el bloqueo del agua, las amputaciones pediátricas, el uso del hambre extremo como arma, la destrucción total de patrimonio cultural, la demolición de infraestructura civil, los “masacres de harina”, la operación en Rafah, los periodistas asesinados; tampoco la densidad poblacional insalubre, las universidades dinamitadas, ni los 34.000 palestinos muertos, entre los cuales se estiman alrededor de 10.000 abatidos de Hamás. 

La desproporción es evidente y llama la atención que uno de los ejércitos más poderosos del globo puede eliminar con precisión líderes terroristas en diversos frentes de Medio Oriente, como el último ataque contra el comando entero de la Guardia Revolucionaria iraní en el complejo diplomático de Damasco, pero en Gaza no hay precisión alguna.

Es por esto que los detalles jurídicos no resueltos del conflicto no deben desalentar los debates sobre un posible genocidio en curso. Amos Goldberg, profesor en el Departamento de Historia Judía y Judaísmo Contemporáneo de la Universidad Hebrea de Jerusalén, experto en el Holocausto y genocidio, escribió para שיחה מיקומית (Local Call)

no debemos mirar la catastrófica realidad sólo a través de lentes legales. Lo que está sucediendo en Gaza es genocidio porque el nivel y el ritmo de las matanzas indiscriminadas, la destrucción, las deportaciones masivas, el desplazamiento, el hambre, las ejecuciones, la eliminación de instituciones culturales y religiosas, el aplastamiento de las élites (incluido el asesinato de periodistas) y la deshumanización generalizada de los palestinos, crean un panorama general de genocidio, de aplastamiento intencional y consciente de la existencia palestina en Gaza. Como se sabe, la Gaza palestina como entidad geográfica, política, cultural y humana ya no existe. El genocidio es la destrucción deliberada de un colectivo o de una parte de él, no de todos sus individuos. Y esto es lo que está sucediendo en Gaza. El resultado es sin duda genocida. Las numerosas declaraciones de exterminio por parte de altos funcionarios del gobierno israelí y la atmósfera pública destructiva general, como bien señaló Carolina Landesman, demuestran que ésta también era la intención.

Foto: Agence France-Presse

Israel-Palestina es naturalmente un conflicto emocional. Para sus figuras dirigentes, sus víctimas, sus pueblos y diásporas, y para sus analistas. No obstante, no es motivo suficiente para mirar hacia otro lado ni para abandonar la solución de dos Estados. Tampoco son motivo las acusaciones de antisemitismo como moneda corriente. Kopel, corresponsal especialista en Medio Oriente, pone en tela de juicio esto último en Nueva Sociedad

Preocupa cada vez más que la acusación de antisemitismo se esté formulando para silenciar un debate legítimo e importante. El antisemitismo va en aumento, pero también aumenta el uso sin escrúpulos del término para silenciar preguntas pertinentes sobre la situación israelí. Es preciso decirlo claramente: no es antisemita exigir justicia para todos los palestinos que viven en sus tierras ancestrales. Hacer que Israel rinda cuentas ante el derecho internacional nunca puede verse como un libelo de sangre. Israel, como Estado-nación, no tiene ningún derecho a la impunidad según el derecho internacional (p. 52). 

Por esto mismo, es menester atender a los últimos eventos ocurridos en los campus universitarios más prestigiosos de Estados Unidos, donde acamparon cientos de estudiantes y profesores a modo de protesta. La consigna principal es denunciar el financiamiento del gobierno a la guerra, pero también exigir a las universidades cortar cualquier vínculo con Israel. Las manifestaciones, en su mayoría pacíficas, se extendieron por todo el país y llegaron hasta Europa, pero fueron rápidamente disueltas por la policía, incluso reprimidas con numerosos arrestos, sustancias químicas y pistolas taser.

Foto: @ChaseMadar/X

“La crisis de Gaza se está convirtiendo en una crisis mundial de la libertad de expresión” señala Irene Khan. Este problema se evidencia de manera preocupante en las declaraciones de Gilad Erdan, representante de Israel ante las Naciones Unidas, quien sugiere que Hamás se infiltra en instituciones académicas como Harvard y Columbia, equiparando a jóvenes estudiantes ejerciendo su derecho a protestar con una organización terrorista. A los ataques contra protestantes y a las violentas intervenciones policiales, le siguió el cierre de la cadena de noticias árabe Al Jazeera en Israel por orden de Netanyahu, acusada de ser “portavoz de Hamás”. Justo antes de iniciar la operación militar en Rafah.

Ni los intereses geoestratégicos de Estados Unidos en Medio Oriente, ni las sensibilidades que envuelven al conflicto, pueden menoscabar el derecho a expresarse por una causa sistemáticamente silenciada. Tras los sucesivos intentos de censurar las voces que abogan por detener una masacre, es imperativo seguir hablando de Gaza

Referencias

Goldberg, A. (2024). Sí, es genocidio. שיחה מיקומית. Recuperado de: https://www.mekomit.co.il/ps/134005/

Karsaclian, E. (2008). Adolf Hitler y el Genocidio Armenio. Consejo Nacional Armenio de Sudamérica. Recuperado de: https://cna.org.ar/index.php/2008/04/15/adolf-hitler-y-el-genocidio-armenio/

Kopel, E. (2024). Guerra en Gaza: balances necesarios. Nueva Sociedad, No. 310, marzo-abril de 2024. ISSN: 0251-3552. Recuperado de: https://www.nuso.org.

Lemkin, R. (2008). Axis rule in occupied Europe: Laws of occupation, analysis of government, proposals for redress. The Lawbook Exchange, Ltd.

Naciones Unidas. (2024). Hay que distinguir entre antisemitismo y la crítica legítima a Israel, dice experta. Recuperado de: https://news.un.org/es/story/2024/04/1529286

Naciones Unidas. (2024, 6 de mayo). Onslaught of violence against women and children in Gaza unacceptable: UN experts. [Comunicado de prensa]. Recuperado de: https://www.ohchr.org/en/press-releases/2024/05/onslaught-violence-against-women-and-children-gaza-unacceptable-un-experts

Este es un artículo de opinión. Las opiniones y contenido no reflejan o representan necesariamente la postura del CEERI como institución.

2024-05-14T10:48:04-03:00

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