Por Francesca Lombardo, estudiante de la Maestría en Relaciones Internacionales Comparadas de la Universidad Ca’ Foscari de Venecia, Italia. Contacto: [email protected]

Cita sugerida: Lombardo, F. (17, abril, 2025). Presidenta Sheinbaum, presidente Meloni: palabras que marcan posturas [Artículo de opinión]. Centro de Estudios Estratégicos de Relaciones Internacionales. URL: https://www.ceeriglobal.org/presidenta-sheinbaum-presidente-meloni-palabras-que-marcan-posturas/

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Según datos de ONU Mujeres, al 1 de enero de 2025, solo 25 países cuentan con 28 mujeres en cargos de Jefas de Estado y/o de Gobierno. De estos, 18 naciones tienen una mujer al frente del Estado, mientras que en 16 países una mujer ocupa el cargo de Jefa de Gobierno (ONU Mujeres, 2025). Entre ellas, encontramos a Claudia Sheinbaum en México, quien asumió el cargo en 2024, y a Giorgia Meloni en Italia, en el poder desde 2022, ambas marcando hitos históricos al ser las primeras mujeres en gobernar sus respectivos países. Sin embargo, sus trayectorias políticas divergen notablemente: Sheinbaum representa a la izquierda progresista, mientras que Meloni encarna a la derecha conservadora. Estas diferencias ideológicas se reflejan también en la manera en que eligen ser nombradas en sus cargos. Sheinbaum adopta con orgullo el título de “presidenta”, enfatizando su identidad femenina y su compromiso con el feminismo, en cambio, Giorgia Meloni prefiere ser llamada “il (el) presidente”, utilizando el masculino en italiano (Pagella Politica, 2022). Esta elección lingüística de la líder italiana ha generado críticas, ya que podría interpretarse como una minimización del significado de ser una mujer al frente de una nación. Las decisiones de ambas líderes respecto a cómo desean ser tituladas reflejan no solo diferencias lingüísticas, sino también profundas divergencias en sus enfoques hacia el género y la representación femenina en la política.

¿Es el lenguaje una herramienta de resistencia al cambio?

Claudia Sheinbaum ha manifestado abiertamente su apoyo al lenguaje inclusivo y a la feminización de los títulos oficiales. Al asumir la presidencia, celebró la aprobación de reformas que incorporan términos como «presidenta» en la Constitución mexicana, destacando que «lo que no se nombra, no existe» (Infobae, 2024). Esta postura refleja su compromiso con la visibilización de las mujeres en espacios de poder y su intención de promover la igualdad de género desde el lenguaje. En los ámbitos nacional e internacional, Claudia Sheinbaum es reconocida como una figura política de orientación progresista, cuyo interés por la ciencia y la tecnología se vincula estrechamente con su formación académica (BBC News Mundo, 2024). Se presenta como una firme promotora de políticas de izquierda, centradas en la justicia social y el desarrollo sostenible. Su gobierno no solo implica la continuidad de las políticas precedentes, sino también una nueva etapa con énfasis en la innovación y en soluciones científicas para los desafíos nacionales, un enfoque que ella misma ha denominado “continuidad con cambio” (Weiß, 2024). Además, la presidenta ha defendido que el uso de términos femeninos en cargos públicos es un reconocimiento necesario a la contribución de las mujeres en la política mexicana (Swissinfo, 2024). Su gobierno se ha autodenominado feminista, proponiendo un «feminismo social» que busca justicia para las mujeres y aborda problemáticas como la violencia de género (Fresno Bee, 2024). Estas acciones y declaraciones indican que Sheinbaum no solo adopta el título de «presidenta» por una cuestión gramatical, sino como una estrategia política para reivindicar el papel de las mujeres en la esfera pública y promover políticas con perspectiva de género. En un país donde el movimiento feminista ha tomado fuerza en los últimos años, con marchas multitudinarias y demandas por justicia frente a la violencia de género, la decisión de Sheinbaum está alineada con una lucha por visibilizar la presencia de las mujeres en espacios de poder. Adoptar el término femenino no solo reconoce la presencia de una mujer en el cargo, sino que desafía estructuras patriarcales que han relegado a las mujeres a un segundo plano en la política y la esfera pública.

Imagen 1. Aclaración directamente desde Palazzo Chigi sobre cómo debía ser llamada la primera presidenta de la historia de la República Italiana.

Mientras que Sheinbaum utiliza el lenguaje como una herramienta para la inclusión y la igualdad, la postura de Meloni podría ser vista como una resistencia a estas transformaciones lingüísticas y sociales. Esta actitud se enmarca dentro de una trayectoria política y una ideología claramente alineadas con valores ultraconservadores. Desde su juventud, Meloni ha estado vinculada a partidos de raíz neofascista como el Movimiento Social Italiano (MSI) y Alianza Nacional, hasta fundar su propio partido, Fratelli d’Italia, que preside desde 2014. Su posicionamiento ideológico combina un fuerte conservadurismo en lo social, con énfasis en la familia tradicional, el rechazo a los derechos LGTBIQ+ y denuncias sobre una supuesta “islamización” de Europa, con una orientación liberal en lo económico. Su discurso político comparte afinidades con figuras como Viktor Orbán, Marine Le Pen, Santiago Abascal e incluso Donald Trump, consolidando una narrativa que apela al orgullo nacional y a una defensa férrea de los valores tradicionales (France24, 2022). Este enfoque conservador también se refleja en su uso del lenguaje. En contraste con Sheinbaum, la elección de Giorgia Meloni de ser llamada «il presidente» ha sido objeto de debate. Algunos argumentan que esta preferencia refuerza estructuras patriarcales y podría interpretarse como una falta de reconocimiento de la importancia de la representación femenina en altos cargos gubernamentales. A pocos días de su investidura, en un discurso del 25 de octubre de 2022, durante una sesión del Congreso de los Diputados, la líder de Fratelli d’Italia se autodefine de manera positiva de forma explícita utilizando el anglicismo underdog, (Mariottini et al., 2023) cuya traducción al italiano, lo sfavorito (el desfavorecido) presenta connotaciones de género marcadas por el masculino. Con este término, se representa como una “ganadora inesperada”. Su elección no es casual, sino que puede vincularse al discurso populista, ya que el llamado “efecto underdog” consiste en que el político se proyecte como víctima de las circunstancias, ajeno a los “juegos de poder”, los grupos “oligárquicos” y las “amistades influyentes” (Santiago Guervós, 2016-2017). Esta estrategia, empleada con destreza y plena consciencia, busca generar empatía en el ciudadano común, quien tenderá a identificarse con el más “débil”, aquel que ha sido perjudicado por el poder. Asimismo, se observa otra táctica discursiva basada en la utilización de una unidad léxica específica: el nombre propio. Para minimizar el debate sobre cuestiones lingüísticas vinculadas al género, Meloni sugiere que se le llame simplemente Giorgia, activando así un proceso de “desintermediación comunicativa” (Castells, 2009). Este mecanismo, aplicado a la comunicación institucional, persigue el objetivo de acercarla tanto a las mujeres comunes como a la ciudadanía en general. Esto refuerza nuevamente la orientación populista de su discurso (Santiago Guervós, 2016-2017), en el que la selección léxica y la estructura argumentativa responden a una estrategia que, para facilitar la comprensión del público, se basa en la metáfora de “la política como una batalla”. La decisión lingüística de Giorgia Meloni ha generado un amplio debate en redes sociales, tanto en los perfiles de instituciones lingüísticas italianas y expertos, como en los comentarios de usuarios comunes.

La Accademia della Crusca, institución italiana dedicada a la protección y estudio de la lengua italiana, se ha pronunciado al respecto: 

No hay duda de que el artículo más adecuado para referirse a Giorgia Meloni es el femenino; la Accademia della Crusca siempre ha utilizado el femenino, y esto aplica a cualquier tipo de presidenta cuando se trata de una mujer. La elección del masculino es un retorno al pasado, ya que responde a una ideología conservadora. Dicho esto, no se puede demostrar científicamente que todo retorno al pasado sea, por sí mismo, algo negativo. Además, me pregunto por qué aquellos que han defendido con más fuerza la batalla por la declinación en femenino nunca han logrado presentar a una mujer como presidenta del Consejo de Ministros. (Accademia della Crusca – Claudio Marazzini, presidente).

Como se observa, la Crusca enfatiza en primer lugar que, desde una perspectiva gramatical, el uso del artículo femenino es el más adecuado para referirse a una mujer en el cargo de presidenta. También señala que la elección del masculino responde a una postura ideológica conservadora y aprovecha para cuestionar la contradicción de ciertos sectores de izquierda, que, pese a haber promovido históricamente la visibilización de las mujeres en roles de liderazgo, aún no han elegido a una mujer como primera ministra  (Mariottini et al., 2023)

El debate sobre la inclusión del género en los cargos públicos no es nuevo, pero en el caso de estas dos líderes, cobra una dimensión simbólica. En el mundo hispanohablante, el uso del femenino en profesiones y cargos ha sido promovido por movimientos feministas y aceptado por instituciones como la Real Academia Española, aunque con resistencias. En Italia, la situación es distinta: muchas mujeres en cargos de poder continúan utilizando el masculino, alegando razones de prestigio o de tradición lingüística. Ambas decisiones responden a estrategias políticas y contextos culturales distintos. Sheinbaum representa a una izquierda que busca la inclusión y la equidad de género, en un país donde la lucha feminista es una de las más activas de América Latina. Meloni, en cambio, responde a una tradición conservadora en la que la igualdad de género no necesariamente pasa por el lenguaje, sino por la capacidad de las mujeres de insertarse en estructuras de poder diseñadas en masculino. Meloni ha construido su liderazgo dentro de un espacio político de derecha, donde el feminismo es visto con escepticismo y la reivindicación de la identidad femenina en el poder no es una prioridad. Su elección de mantener el título en masculino refuerza una visión tradicional de la autoridad, en la que asumir el género masculino en el lenguaje equivale a reafirmar una posición de poder que no necesita diferenciarse. El debate entre “presidenta” y “presidente” no es una simple cuestión lingüística, sino un reflejo de cómo las mujeres en el poder eligen presentarse ante el mundo. La manera en que nombramos el poder no es un mero detalle: el lenguaje es un campo de batalla donde se disputan significados, identidades y modelos de sociedad. En esta lucha, cada palabra importa. El lenguaje evoluciona de forma colectiva, y negarse a adaptarlo a la realidad actual es, en el fondo, resistirse al cambio.

La importancia de nombrar para avanzar

Optar por ser llamada “il (el) presidente” transmite un mensaje político claro: reafirmar la primacía del género masculino. No porque Giorgia Meloni aspire a ser un hombre, sino en el sentido de reconocer un modelo de poder tradicional, jerárquico, vertical y sin alteraciones. En los debates sobre género, esto suele resumirse bajo el concepto de “patriarcado”. Al elegir ser nombrada de esta forma, Meloni en última instancia deja en evidencia su postura: manifiesta haber sido integrada en las estructuras de poder en Italia, obteniéndolo con el objetivo de mantenerlo y transmitirlo a sus sucesores sin modificar el orden establecido. Su insistencia en ser llamada con la versión masculina de su encargo, se enmarca en su discurso de rechazo a las luchas feministas y a cualquier política de género que cuestione las jerarquías establecidas. Bajo la premisa de que «no necesita el feminismo», la líder italiana promueve una idea de éxito individualista, en la que una mujer puede llegar a lo más alto sin necesidad de reivindicaciones colectivas. Sin embargo, lo que ignora, o elige ignorar, es que su propio ascenso ha sido posible gracias a décadas de luchas feministas que abrieron camino para que una mujer pudiera liderar un país. Como bien señala Sheinbaum, «lo que no se nombra, no existe» (Infobae, 2024). No es casualidad que quienes buscan mantener el statu quo minimicen la importancia del lenguaje, cuando en realidad el lenguaje moldea la realidad. ¿Es debido a que decir “la presidente” en italiano nos suene extraño (porque nunca se ha utilizado) que debemos evitar su uso? La negativa de Meloni a asumir una identidad femenina en su cargo no solo perpetúa una visión patriarcal del poder, sino que transmite un mensaje preocupante: las mujeres pueden liderar, pero solo si adoptan los códigos masculinos de autoridad. En lugar de abrir camino para que más mujeres accedan al poder sin renunciar a su identidad, refuerza la idea de que lo femenino sigue siendo un obstáculo para la legitimidad. Ser presidentA es también una cuestión de inclusión, y esa inclusión comienza por el reconocimiento, incluso desde el lenguaje. Porque si lo que no se nombra no existe, negar el femenino es también negar el derecho de las mujeres a ocupar plenamente el espacio público y político.

Referencias:

BBC News Mundo. (2024, 1 de octubre). 4 datos destacados de la vida y la carrera de Claudia Sheinbaum, la primera presidenta de México. BBC News Mundo. [Portal informativo]. Recuperado de https://www.bbc.com/mundo/articles/c2899xj19dno

Castells, M. (2009). Comunicación y poder. Madrid: Alianza Editorial.

France24. (2022, 23 de septiembre). Giorgia Meloni podría liderar el primer gobierno de ultraderecha desde Mussolini en Italia. https://www.france24.com/es/europa/20220923-italia-giorgia-meloni-podr%C3%ADa-liderar-el-primer-gobierno-de-ultraderecha-desde-mussolini

Fresnobee. (2024). Sheinbaum y el lenguaje inclusivo en la política: Debate sobre la reforma constitucional. Fresno Bee. https://www.fresnobee.com/vida-en-el-valle/noticias/nacion-y-mundo/article290280774.html

Infobae. (2024, 14 de octubre). «Presidenta» con «a»: proponen reforma a la Constitución para incluir perspectiva de género. Infobae. https://www.infobae.com/mexico/2024/10/14/presidenta-con-a-proponen-reforma-a-la-constitucion-para-incluir-perspectiva-de-genero/

Mariottini, L., & Palmerini, M. O. N. I. C. A. (2023). La expresión discursiva de la categoría de género en el debate político y público entre Italia y España. La elección de Giorgia Meloni como presidente del gobierno. Nuevas tecnologías y aproximaciones a estudios sobre lengua, lingüística y traducción. p. 340

ONU Mujeres. (2025). Datos y cifras: Liderazgo y participación política de las mujeres. https://www.unwomen.org/es/articulos/datos-y-cifras/datos-y-cifras-liderazgo-y-participacion-politica-de-las-mujeres

Pagella Politica. (2022, 28 de octubre). Meloni: «Il Signor Presidente del Consiglio» – Circolare. Pagella Politica. https://pagellapolitica.it/articoli/meloni-il-signor-presidente-consiglio-circolare

Santiago Guervós de, J. (2016-2017). Análisis del discurso populista en la España actual. Analecta Malacitana, 39 (1), 115-141.

Swissinfo. (2024). Sheinbaum defiende el lenguaje inclusivo para las mujeres ante una reforma constitucional. Swissinfo. https://www.swissinfo.ch/spa/sheinbaum-defiende-el-lenguaje-inclusivo-para-las-mujeres-ante-una-reforma-constitucional/88577840

Weiß, S. (2024, 05 de julio). Gabinete de Sheinbaum en México: continuidad con tecnocracia. Deutsche Welle. https://www.dw.com/es/gabinete-de-sheinbaum-en-m%C3%A9xico-continuidad-con-un-toque-m%C3%A1s-tecn%C3%B3crata/a-69572355