Por: Cardone Enzo Nicolás. Estudiante avanzado en Historia en la Universidad Nacional de Cuyo.c

 

“Aunque las historias son resultados inevitables de la acción, no es el actor, sino el narrador, quien capta y «hace» historia” (Arendt, 1998: 215)

El pasado 21 de febrero el líder de la Federación Rusa, Vladímir Putin, dio un extenso discurso frente a las cámaras, antes de reconocer la independencia de las provincias ucranianas separatistas de Donetsk y Lugansk. En él, comenzó a relatar un recorrido histórico de Ucrania desde 1922 hasta la actualidad. Este relato ha suscitado una gran controversia entre los especialistas en historia de los países eslavos orientales (Eisele, 2022).

El principal punto del discurso, es su afirmación de que el Estado moderno ucraniano es una creación por parte de los bolcheviques rusos en 1922. Particularmente una invención de Lenin. Considera que ante la endeble situación en la que se encontraba la naciente Unión Soviética en 1922, Lenin optó por aceptar los reclamos nacionalistas internos y plasmar incluso en la constitución de 1924, la concesión que realizó el gobierno central a las diversas nacionalidades que de ahora en más poseerían cierto grado de autonomía dentro del Estado sucesor del Zarato Ruso.

Continúo su discurso alegando que Stalin, volvió a otorgar concesiones territoriales a la República Socialista Soviética de Ucrania sin importar que en las regiones otorgadas hubiese poblaciones que se reconocían como rusas. Consideró, además, que esta autonomía otorgada no fue más que una mentira para ocultar la realidad centralista del gobierno soviético ruso, que era el dominante dentro de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviética. Luego remarcó el grave error histórico que fue la cesión del territorio de Crimea a la República Socialista Soviética de Ucrania por parte del líder Jrushchov.

El discurso, si bien como toda narración histórica posee acontecimientos reales, se destaca por la poca rigurosidad del mismo. La omisión de hechos es el principal escollo de este. El no hablar de lo ocurrido previamente a 1922, en donde se puede rastrear el origen del pueblo ucraniano, como así también evitar hacer pronunciamientos sobre lo ocurrido luego de la firma del Memorándum de Budapest en 1994 (en donde Ucrania cedería su arsenal nuclear a la Federación Rusa a cambio de que esta le diese garantías de no amenazar la integridad territorial ucraniana ni su independencia política), es una tergiversación del pasado para justificar acciones que carecen de legitimidad histórica.

El origen de ambas naciones se puede rastrear a la Rus de Kiev, una federación de tribus eslavas orientales gobernada por la Dinastía Rúrika, descendientes del vikingo Riurik. La federación dominó una región de 1.300.000 kilómetros cuadrados aproximadamente, que se extendía desde el Lago Lágoda en el norte hasta el Mar Negro en el sur. Su existencia se puede datar en un periodo comprendido entre el siglo IX de nuestra era hasta 1240, cuando la Rus de Kiev se desintegró ante las arremetidas de la Horda de Oro, pasando a ser pequeños principados independientes vasallos de los mongoles (Plokhy, 2006). Desde este punto ambos pueblos eslavos orientales, los rusos y los ucranianos tomaron caminos históricos diferentes que les darán una forma cultural diversa. Teniendo este antecedente tan claro, es imposible considerar al Estado ucraniano como una invención del siglo XX por un grupo de dirigentes soviéticos.

Si continuamos con nuestro recorrido histórico luego de la disolución de la Rus de Kiev, la región de la actual Ucrania fue un lugar de paso de diversos pueblos, ya que su geografía de planicie lo facilitaba. La región histórica estuvo gobernada por diversos principados, como el de Galicia- Volinia o su sucesor el de Rutenia. Durante este período el pueblo ucraniano fue tomando características que lo diferenciaban de los demás eslavos orientales, parte esencial de la historia de la nación.

La totalidad del actual territorio ucraniano comenzó a formar parte en el siglo XIV del Gran Ducado de Lituania, luego devenido en la Mancomunidad de Polonia-Lituania. Ya en 1648 hay registros de un levantamiento de cosacos ucranianos en contra de la administración central de este Estado, reclamando su independencia. Bogdán Jmelnitskyi, el líder del mismo, logró formar el Hetmatato Cosaco en el actual oeste y norte de Ucrania. Este período se caracterizó por un gran florecimiento cultural, que terminó de sentar las bases de la nación ucraniana (Kármán et al, 2013).

A partir del siglo XVIII, cuando el Estado cosaco pasa a formar parte del Imperio Ruso, comienza el intento de rusificación de la zona, en donde se intentó depurar al idioma ucraniano de todos los ámbitos; política continuada hasta incluso por los bolcheviques en el siglo XX.

Putin al comenzar su recorrido histórico en 1922, omite un hecho trascendental para la cultura ucraniana, como lo fue su Guerra de Independencia que tuvo lugar ente 1917 y 1921. El 23 de junio de 1917, ante la descomposición del Imperio Ruso, la Rada Central Ucraniana declara su autonomía dentro de la efímera República Rusa con una proclama. Luego, ante los enfrentamientos con el centralismo bolchevique dirigido desde Petrogrado, el 22 de enero de 1918, el Consejo Central proclamó la independencia total y llamo a los ucranianos a que luchen contra los bolcheviques. Esta nueva República Popular Ucraniana tuvo que defender su independencia frente a los bolcheviques, el movimiento blanco (contrarrevolucionarios zaristas), la segunda república polaca y la República Socialista Federativa Soviética de Rusia. Ante un plano tan complejo la independencia sucumbió (Yekelchyk, 2007).

La zona fue anexada a la Unión Soviética en 1922. Al contrario de lo esgrimido por Vladímir Putin, Lenin no creó al Estado moderno ucraniano, el mismo existió con anterioridad. Luego de la anexión a la URSS, las concesiones otorgadas a la República Socialista Soviética de Ucrania no fueron más que la formalización de los reclamos del pueblo ucraniano y no cesiones otorgadas sin ningún fundamento por el poder central en Moscú.

La rusificación antes nombrada se tiñó de brutalidad durante el gobierno de Stalin entre 1931 y 1934. Se comenzó un proceso de colectivización estatal de la agricultura: el Estado expropio las tierras para tener el control total de los alimentos, siendo que estas tierras estaban en mano de los kulaks (clase campesina poseedora de tierras). Esto provocó una hambruna artificial ocasionada por el régimen soviético, que privó de alimentos a los ucranianos. Además, esto vino acompañada de una purga masiva de todo disidente en la región. Se desconoce la cifra exacta de víctimas, aunque estimaciones modernas la sitúan en 4.5 millones de muertos (Rudnytskyi et al, 2015). Este trágico episodio terminó de sellar la unión de la nación ucraniana, que alcanzó su ansiada independencia total en 1991 y que ahora peligra por la invasión actual de tropas rusas en su legítimo territorio.

Ante una historia tan rica y extensa como lo es la de Ucrania, debemos tener en cuenta que el discurso de Putin omite puntos fundamentales en su contenido, dejándolos de lado para ajustarlo a cuestiones ideológicas que responden a sus intenciones propagandísticas. Si bien remarca datos históricos verdaderos, evita nombrar todos los hechos que demuestran que la Ucrania es un Estado legítimo y no una invención bolchevique, no solo sustentado por el derecho internacional y por los acuerdos firmados por la propia Federación Rusa, sino también por su identidad nacional distintiva.

  1.  Transcripción completa del discurso de Putin del día 21 de febrero de 2022: https://www.c-span.org/video/?518097-2/russian-president-putin-recognizes-independence-donetsk-luhansk-ukraines-donbas-region.
  2. Texto de Primera Proclama Universal de la Rada en su idioma original: http://gska2.rada.gov.ua/site/const/universal-1.html
  3.  Texto de la Cuarta Proclama Universal de la Rada en su idioma original: http://gska2.rada.gov.ua/site/const/universal-4.html

Referencias

Arendt, H. (1998). La Condición Humana, Trad. de R. Gil Novales, Barcelona, Paidós.

Eisele, I. (24 de febrero de 2022). DW verifica: Putin y su versión de la historia de Ucrania. Deutsche Welle. https://www.dw.com/es/dw-verifica-putin-y-su-versi%C3%B3n-de-la-historia-de-ucrania/a-60901799

Kármán, G., & Kunčević, L. (Eds.). (2013). The European Tributary States of the Ottoman Empire in the Sixteenth and Seventeenth Centuries. Brill.

Kubicek, P. (2008). The history of Ukraine. ABC-CLIO.

Magocsi, P. R. (2010). A history of Ukraine: The land and its peoples. University of Toronto Press.

Plokhy, Serhii «The Origin of the Rus», The Origin of the Slavic Nations, Premodern identities in Russia, Ukraine and Belarus, Cambridge, 2006, pp.10-48

Rudnytskyi, O., Levchuk, N., Wolowyna, O., Shevchuk, P., & Kovbasiuk (Savchuk), A. (2015). Demography of a man-made human catastrophe: The case of massive famine in Ukraine 1932–1933. Canadian Studies in Population, 42(1–2), 53. 

Yekelchyk, S. (2007). Ukraine: Birth of a modern nation. Oxford University Press.

Este es un artículo de opinión.

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