Grupo de investigación: Mujeres, Género y Diversidad

Línea de investigación Crimen organizado y trata de personas

Por Cyntia Viridiana Acosta Alfaro, Estudiante de Relaciones Internacionales en la Universidad de Guadalajara. Integrante de CEERI Joven.

Cita sugerida: Acosta Alfaro, Cyntia Viridiana. (2022). La prostitución en Bangladesh. Centro de Estudios Estratégicos de Relaciones Internacionales, 1-5.

Palabras clave: Prostitución, Asia, mujeres, pobreza, conflicto.

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La República Popular de Bangladesh es un país ubicado al sur de Asia, el cual colinda con India y Myanmar y rodea a la Bahía de Bengala. Si bien su historia data de hace miles de años atrás, no fue hasta el año 1971 que se proclamó como una República independiente y consiguió su independencia de Pakistán.

Al ser un país relativamente joven, no se encuentra exento de afrontar problemáticas dentro de su territorio, ya que gracias a su situación geográfica y climática es objeto de desastres naturales, convirtiéndose así en una de las regiones más proclives a desastres del mundo. 

Asimismo, la situación económica del país no es la mejor, debido a que en los últimos años su población ha tenido que afrontar altos índices de pobreza e inseguridad alimentaria. Por lo tanto, casi la mitad de su población vive con menos de un dólar al día y más de la mitad de los niños viven en pobreza extrema, llegando a ser obligados desde muy temprana edad a trabajar y ser víctimas de abusos. De la misma manera, al ser uno de los pocos países musulmanes en donde la prostitución es legal, se convierte en el lugar perfecto para que grupos delictivos operen.

1. La realidad de las mujeres en Bangladesh 

Si bien la prostitución es legal en este país, en su constitución se estipula que esta se debe disuadir, por lo tanto la prostitución en personas mayores de 18 años es legal, pero las prostitutas son ilegales. Es decir, a pesar de que la práctica de esta actividad está permitida en todo su territorio, las mujeres que la practican suelen ser marginadas, señaladas e incluso extorsionadas para pagar diariamente a la policía por su protección y evitar ser detenidas mientras ofrecen sus servicios sexuales.

Es importante resaltar que la mayoría de las mujeres que practican la prostitución en Bangladesh suelen ser llevadas a los burdeles con engaños, debido a que con la esperanza de conseguir un trabajo digno acceden a acudir a estos lugares y posteriormente son obligadas a prostituirse. Esta práctica continúa funcionando, puesto que las mujeres que se encuentran ya dentro de los burdeles deben liquidar la deuda con su mándame, la cual representa el valor que pago al momento de comprarla al tratante de personas y deudas adicionales como el pago de sobornos a los agentes de la ley o la falsificación de la licencia que permite ejercer la prostitución en dicho país.

En este sentido, únicamente las mujeres que logren saldar su deuda con la madame consiguen recuperar su libertad, aunque muchas de estas a pesar de liquidar su deuda prefieren quedarse ahí, ya que al ser consideradas socialmente como “deshonestas” suelen ser despreciadas y olvidas por sus familias, llegando a considerar que no hay nada más allá que su vida dentro del burdel.

2. La vida dentro de un burdel

Tal como se mencionó anteriormente, la mayoría de las mujeres que habitan estos lugares fueron llevadas a ellos con engaños y han sido obligadas a pagar su deuda con la madame, sin embargo, hay quienes pertenecen ya a la segunda o tercera generación de trabajadoras sexuales de su familia, es decir, a causa de la marginación que reciben las trabajadoras sexuales y en especial sus hijas, estas deciden desde muy temprana edad seguir los pasos de sus madres y comenzar a practicar la prostitución.

Por este motivo, gran parte de las trabajadoras sexuales dentro de estos lugares suelen tener entre 9 años y 35 años, no obstante, esto no significa que las mujeres mayores de 35 años ya no sean obligadas a prostituirse, sino que más bien suelen ser olvidadas al no entrar dentro del prototipo de mujer que prefieren los hombres que acuden a estos sitios. Asimismo, de acuerdo con datos de Action Aid, hay cerca de 200,000 mujeres trabajando en la industria del sexo en Bangladesh, de las cuales en su mayoría son adolescentes menores de 18 años.

Por otra parte, gran parte de las niñas y adolescentes que trabajan en estos lugares son obligadas a consumir los mismos esteroides que se les suministran a los animales de granja. Esto es con el objetivo que se desarrollen más rápido, que aparenten más edad y que sean más atractivas para los clientes, sin importar los efectos secundarios que estos les puedan ocasionar, los cuales van desde la osteoporosis, paros cardiacos, dependencia al fármaco e incluso la muerte.

De la misma manera, su día suele resumirse a estar dentro de un cuarto relativamente pequeño (el cual únicamente suele tener un colchón) atendiendo clientes sin tener la posibilidad de negarse a ninguna petición de éstos, ni mucho menos establecer una tarifa por sus servicios, ya que estas suelen ser acordadas por la madame u otorgadas de acuerdo con el aspecto que tengan.

3. Los burdeles más importantes de Bangladesh

3.1. Daulatdia: el prostíbulo más grande del mundo

Ubicado a unos 100 metros de Daca, la capital de Bangladesh se encuentra Daulatdia, un lugar 100 por ciento dedicado a la prostitución. Con alrededor de 1500 trabajadoras sexuales, este pueblo suele ser clasificado como el “prostíbulo más grande del mundo”. De la misma manera, con base a datos del Manual Oxford de la Economía de la Prostitución publicado en el año 2016, Bangladesh cuenta con 18 zonas rojas y 14 burdeles oficiales, siendo Daulatdia considerado como el más grande del país.

Aquí las tarifas van desde los 70 centavos de dólar hasta máximo los 12 dólares, siendo esta última la más difícil de conseguir. Si bien la prostitución es la principal industria del pueblo, negocios como la venta de drogas y alcohol también predominan en la región.

3.2. El burdel de Kandapara

Ubicado en el distrito de Tangail, este es uno de los burdeles más antiguos de Bangladesh con una historia de más de 200 años, sin embargo, en el año 2014 se tomó la decisión de demolerse, pero a causa de la necesidad de trabajo y el desprecio de la sociedad a las mujeres que trabajaban ahí se tomó la decisión de reconstruirlo. Esto se debe en gran medida a que es hogar de 900 mujeres y cerca de 200 niños, los cuales fueron brutalmente expulsados en el 2014, ocasionando que perdieran todas sus pertenencias y fueran condenadas a vivir en las calles.

Al mismo tiempo, la mayoría de las mujeres que viven ahí, han crecido y nacido entre las calles de Kandapara, por lo que no estas suelen imaginar nada más allá que su vida en el burdel. A cambio de entre unos 50 a 150 takas suelen atender de unos 10 a 20 clientes al día sobre un colchón tirado en el suelo en una habitación reducida, que generalmente no cuenta con ventanas y que muchas mujeres suelen considerar como el “verdadero infierno”.

Este burdel cuenta con sus propias reglas, en donde las niñas y las mujeres son abusadas, explotadas y torturadas. Por lo general, está prohibida la entrada de personas que no sean clientes, por lo que, las mujeres que suelen embarazarse ahí tienen que hacerse cargo solas de sus hijos, mientras que estos están condenados a convertirse en proxenetas o traficantes de drogas e incluso si son niñas lo más probable es que les toque relevar a su madre.

Por otra parte, dentro de su estructura social se encuentra integrado por las chukris (niñas que han sido vendidas al burdel por la mafia o sus familias y representan el peldaño más bajo). Luego están las hijas de prostitutas explotadas por sus madres, que con el tiempo adquieren el nivel de bharatias, teniendo así la libertad de elegir a sus clientes y ganancias. Por supuesto, en el nivel más alto y recibiendo la mayor cantidad de beneficios se encuentran la madame, los propietarios del burdel y los funcionarios públicos que permiten la entrada de nuevas niñas al burdel a cambio de una recompensa económica.

4. La vida más allá del burdel

A pesar de que la mayoría de trabajadoras sexuales no vean nada más allá de su vida en el burdel, condenadas a vender su cuerpo hasta que el uso de esteroides, drogas e incluso alguna enfermedad de transmisión sexual las mate, en los últimos años muchas ONG’S lideradas por mujeres que han conseguido escapar de estos lugares han trabajado en conjunto para ofrecerles dentro de lo que cabe una mejor calidad de vida a ellas y a sus hijos, los cuales suelen ser despreciados por la sociedad en general.

De esta forma, muchas de las trabajadoras sexuales, en especial las de Kandapara han encontrado una esperanza en Nari Mutki Shango (NMS), la cual se significa mujeres unidas para la liberación, organización creada por mujeres de Kandapara en el año 2000 con el objetivo de ser un grupo de autoayuda que se encargue de apoyar a las trabajadoras sexuales solucionando gran parte de los problemas de la comunidad a través del diálogo. 

En la actualidad, las habitantes de Kandapara viven en total desamparo, ya que ni la ley ni los representantes del Estado las protegen. Por su parte, los niños del burdel no son admitidos en escuelas públicas, por lo que los pocos niños que pueden permitirse ir a la escuela son obligados a acudir a una escuela especial para hijos de prostitutas creada por una organización humanitaria conocida como “Save the Children”.

Para las trabajadoras sexuales, el hecho de que sus hijos puedan acudir a la escuela se convierte en una esperanza de que cuando estos sean mayores tendrán un futuro lejos de los burdeles, sin importar que en el proceso lleguen a ser despreciadas por lo que se dedican a hacer.

Aunque claro, el hecho de que los niños crezcan dentro de los burdeles, además de vulnerar por completo sus derechos humanos básicos como a la vivienda, educación y vivir en familia provoca que estos se conviertan víctimas del sistema, los cuales al crecer continuarán olvidados por el Estado, encontrando el ser proxeneta o trabajadora sexual como la mejor opción.

Por último, me gustaría resaltar que si bien la situación de Bangladesh dada su ubicación geográfica se puede sentir alejada de nuestra realidad, esto no es del todo correcto, ya que aún en muchas sociedades occidentales se continúa considerando a la mujer como un objeto sexual, el cual tiene como único objetivo el satisfacer a los hombres. El verdadero problema radica, en la deficiencia de las instituciones que no ha podido asegurar el cumplimiento de los derechos humanos, ni mucho menos acabar con los factores que solo incrementan esta problemática.

Referencias:

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Este es un artículo de opinión.

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