La situación de los derechos humanos en Brasil se encuentra en verdadero peligro. La tasa de homicidios en las favelas aumenta junto a la violencia ejercida por parte de las fuerzas policiales. Y Bolsonaro se encuentra a un paso de firmar el decreto que permitirá la tenencia de armas, lo cual podría empeorar la situación.
El pasado 14 de marzo mataron a la concejala de Río de Janeiro Marielle Franco da Silva, quien se encontraba luchando contra la militarización de las favelas. Marielle representaba mucho de lo que los ciudadanos de extrema derecha rechazan, provenía de la favela, era negra, mujer y lesbiana; desde su espacio de poder luchaba en favor de los derechos de estos grupos humanos. Cuatro balas de la policía federal fueron encontradas en el lugar de los hechos, pero aún no hay justicia para ella ¿Podrá resolverse este caso durante el gobierno de Bolsonaro?
Será difícil, ya que el actual presidente de Brasil parece estar más de acuerdo con este tipo de accionar que con los que Marielle, como tantos otros, llevaba a cabo.

Bolsonaro contra las mujeres, minorías sexuales, comunidad afrodescendiente, pobres y a favor de la dictadura.

Bolsonaro ha demostrado en sus apariciones públicas estar totalmente a favor de la dictadura, vale destacar que ha sido parte del cuerpo militar en su juventud. Refiriéndose a la dictadura que sufrió el pueblo brasileño en el periodo de 1964 a 1985, ha dicho “el error de la dictadura fue torturar y no matar” y “deberían haber sido fusilados unos 30000 corruptos”.

Sus dichos en contra de las mujeres llevaron a que se realice una campaña en redes llamada Ele Nao a la cual se sumaron reconocidas figuras femeninas de Brasil en contra del, en aquel momento, candidato a la presidencia.
Ha dicho cosas como “No la violaría porque usted no se lo merece”, “No contrataría a una mujer por el mismo salario que un hombre porque quedan embarazadas” y “tengo cinco hijos. Tuve cuatro niños y en el quinto, me debilité y vino una niña”.
Esto demuestra que, si del mandatario depende, las mujeres brasileñas no se encontraran más cerca de la igualdad de derechos por lo menos en los próximos cuatro años e incluso podrían retroceder.

También tuvo declaraciones homófobas tales como que “Sería incapaz de amar a un hijo homosexual… Prefiero que un hijo mío muera en un accidente a que aparezca con un bigotudo por ahí” y “no voy a discutir ni discriminar, pero si veo dos hombres besándose en la calle los voy a golpear” lo que demuestra su repulsión hacia este grupo social que hoy en día es discriminado y que el presidente de la nación reproduzca dichos como tales incentiva a que la población homofóbica sienta el aval para discriminar sin filtro alguno.

Respecto a la población afrodescendiente, la cual representa un gran porcentaje del total de habitantes brasileños, también fue sumamente agresivo, sobre ellos dijo “El afrodescendiente más flaco allá pesaba siete arrobas. No hacen nada. Creo que ni para procrear sirven más” y “No hacen nada. Más de mil millones de dólares al año estamos gastando en ellos” refiriéndose a esta población como un simple número o una especie animal, deshumanizandolos por completo.

Sobre los pobres ha dicho “El pobre solo tiene una utilidad en nuestro país: votar. La cédula de elector en la mano es diploma de burro en el bolsillo” y “Hay que dar seis horas para que los delincuentes se entreguen, si no, se ametralla el barrio pobre desde el aire”. Sus dichos hablan por sí solos, los pobres no tienen derechos humanos.

Están quienes tienen una visión más optimista sobre el futuro de los derechos humanos en Brasil y opinan que en la etapa de campaña Bolsonaro ha exacerbado sus dichos para atraer a los votantes más radicalizados pero creen que durante su mandato no podrá retroceder demasiado en esta materia. Quienes tienen una visión más pesimista creen que llegará el fin de los derechos humanos para los grupos sociales previamente mencionados.

¿Serán los derechos humanos en Brasil un privilegio para los ciudadanos “de bien” de ahora en más? Por el momento creemos que la tenencia de armas, la militarización de las favelas y que hayan únicamente dos mujeres en el gabinete de Bolsonaro, nos dan ciertos indicios sobre el camino que se seguirá.

Josefina Frixione, Coordinadora de CEERI Joven

Fuentes: Amnistía Internacional, diario Perfil y BBC Mundo.