¿Realmente está en ascenso la extrema derecha en Occidente?

Por Juan Valentín FalcónEstudiante de la licenciatura en Relaciones Internacionales con Orientación en Escenarios de Conflicto, Misiones de Paz y Desarme, Universidad de la Defensa Nacional (Argentina). Contacto: [email protected]

Cita sugerida: Falcón, J. V. (16 de agosto del 2024). ¿Realmente está en ascenso la extrema derecha en Occidente? [Columna de opinión]. Centro de Estudios Estratégicos de Relaciones Internacionales. URL: https://www.ceeriglobal.org/realmente-esta-en-ascenso-la-extrema-derecha-en-occidente/

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Recientemente, se realizaron las elecciones al Parlamento Europeo y a los parlamentos nacionales del Reino Unido y Francia. En noviembre, serán las elecciones en Estados Unidos. Los resultados de las mismas han aportado al discurso acerca de la aparición de movimientos y partidos políticos que crecen rápidamente de la mano de ideologías reaccionarias, radicales y nacionalistas. El concepto de extrema derecha se ha relacionado con estos movimientos anti-sistema que plantean cambios disruptivos y se ha terminado creando una categoría vaga e imprecisa, que puede englobar desde el nazismo hasta el Partido Republicano.

El análisis más profundo de las posturas dentro de la llamada extrema derecha confirma la existencia de fuertes diferencias. Por ejemplo frente a un tema tan importante como la guerra en Ucrania, las posiciones van desde la de Giorgia Meloni o la de Javier Milei, quienes se ha mantenido junto a la OTAN frente a Rusia, pasando por una postura más ambigua y no intervencionista, como la de Viktor Orbán y Donald Trump[2], hasta incluso el apoyo a Rusia[3].

Dentro de esta extrema derecha, se incluye al presidente argentino Javier Milei, a Trump y a VOX, aunque cuentan con visiones completamente opuestas con respecto a la escuela económica liberal, la globalización y el libre mercado. Esto no se trata de un pequeño detalle, la extrema derecha supuestamente es entendida como una reacción frente a la globalización, el liberalismo y sus consecuencias negativas.

Una cuestión al respecto de la identidad de la extrema derecha: el Partido Comunista Griego (KKE), el Workers Party del Reino Unido y la alianza BSW de Alemania son ejemplos de partidos socialmente conservadores, euroescépticos, nacionalistas, opuestos a la OTAN y a veces tildados de rusofilos. Todos estos son partidos que comúnmente serían categorizados de izquierda, pero cuya ideología encaja perfectamente con la descripción de la extrema derecha.

Por tanto, mi primera conclusión, es que el término “extrema derecha” se siente cada vez más forzado, sobre un espectro de posiciones políticas muy amplias, definidas por muy diferentes situaciones nacionales y regionales. Términos alternativos como “populismo” son igual de subjetivos y amplios. Tal vez simplemente no hay forma para describir al fenómeno.

Además, quisiera cuestionar el supuesto “ascenso” de la extrema derecha que ya parece haberse perpetuado en el discurso y que lleva casi una década siendo discutido, desde la elección de Trump y el Brexit, en 2016. Vale la pena recordar que Trump perdió en aquella elección el voto popular, con desempeño peor que el candidato republicano de 2012 y que perdió la reelección en 2020. En el caso del Reino Unido, el brexit se definió en un referéndum cuyo resultado fue un ajustado 52% a 48%. Ocho años después, el laborismo ha conseguido un triunfo arrollador frente a una derecha que se ha estancado. En Francia, los resultados de la segunda vuelta en las elecciones al parlamento de este año fueron sorpresivos, al alejar a Le Pen de una mayoría para liderar el gobierno y al posicionarse la coalición de izquierda como la primera fuerza en el parlamento. En Suecia, donde la extrema derecha facilitó la conformación del gobierno actual, su resultado en la última elección al parlamento europeo fue la peor en una década. En los Países Bajos, este año, el PVV logró formar gobierno  en una coalición ya considerada inestable. Escándalos en AfD llevaron al partido alemán a expulsar múltiples miembros y perder parte del apoyo que había cosechado en encuestas recientes[5].

Asimismo, en el Parlamento Europeo, la extrema derecha no ha podido conformar un frente común tras la aparente victoria de este sector, en junio. Así, Identity and Democracy se fragmentó en cuatro: algunos partidos se sumaron al más moderado Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, otros conformaron Patriotas por Europa y el grupo Europa de las Naciones Soberanas. Algunos no han quedado inscritos a ningún grupo.

Por último, agregaría una aclaración con respecto a la extensión del fenómeno, ya que el mismo ha estado circunscrito principalmente a Occidente, e incluso dentro de este hemisferio no se encuentra presente en muchos países. Las pasadas elecciones presidenciales en México lo demuestran [6].

Es innegable que la extrema derecha, como la llamamos, se ha normalizado y es parte de la política de muchos países. Pero hablar de un ascenso vertiginoso de la extrema derecha como algo inevitable, generalizado e incluso natural es faltar a la verdad y, en parte, es permitir que suceda al resignar la pelea.

Este es un artículo de opinión. Las opiniones y contenido no reflejan o representan necesariamente la postura del CEERI como institución.

2024-08-16T12:09:00-03:00

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