China

Política Económica

Antonelia Horni,  Licenciada en Relaciones Internacionales por la UES21 y Licenciada en Comercio Internacional por la UNQ.

Cita sugerida: Horni, A. (7 de agosto de 2023). China: apertura y reforma. Centro de Estudios Estratégicos de Relaciones Internacionales.

Palabras clave: China, reforma, comunismo, capitalismo

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En menos de un siglo, China pasó de ser un país con una economía con base mayoritariamente agrícola sumergida en una extrema pobreza hasta ser el principal exportador del mundo con índices de crecimiento económico nunca antes vistos. Parece válido preguntarse entonces ¿cómo fue que ocurrió este “milagro económico”?

Desde los años 20’, la República de China experimentó una guerra interna entre comunistas y nacionalistas republicanos. En ese periodo, la isla de la actual Taiwán, estaba bajo control japonés; situación que se mantendría hasta finalizada la Segunda Guerra Mundial (1945).

En 1949 Mao Zedong, líder del bando comunista, proclama la República Popular China (RPC) y se convierte en su primer presidente. En tanto, el bando nacionalista liderado por Chiang Kai-shek, se sitúa en Taiwán; una pequeña isla ubicada a unos aproximados 200 kilómetros del continente y desde donde se continúa pregonando como el legítimo representante de la República China.  

Con un contexto internacional de Guerra Fría donde se enfrentaba una Unión Soviética (URSS) comunista con un Estados Unidos democrático-liberal, no es de extrañar quién estaba respaldando a quién. La República China contaría con el apoyo de Washington, quien buscaba evitar el avance del comunismo en la región. En tanto, la URSS hacía lo mismo con la República Popular China.

A nivel interno y bajo el régimen comunista, Mao llevó adelante una planificación y centralización de la economía, tomó el control de las fábricas, empresas, tierras y eliminó la propiedad privada. Si bien luego buscó modernizar el país y llevar a cabo la política del “gran salto adelante”, ésta fracasó y la República Popular quedó sumergida en una extrema pobreza y hambruna generalizada.

Ya con la muerte de Stalin en 1953, las relaciones entre la URSS y Mao comienzan a deteriorarse. Se inicia así una disputa entre ambos sectores para ver quién de los dos iba a liderar el bando comunista, llegando incluso a un enfrentamiento armado en 1969. Para ese momento, la RPC teme por un potencial ataque nuclear e invasión en su territorio por parte de la URSS.

Bajo ese contexto, Estados Unidos comienza su acercamiento hacia la República Popular. Tras varias reuniones en secreto, se hace oficial en 1972 la visita a China del presidente estadounidense Nixon. A nivel internacional, esto supone un importante acontecimiento estratégico.

Para 1971, la ONU reconoce a la República Popular China como la única representante legítima, ocupando el lugar que hasta ese momento lo hacía la República China (actual Taiwán), la cual queda fuera de la organización y sin reconocimiento internacional por la mayoría de los países.  

¿Qué motivó este acercamiento Estados Unidos-República Popular China? Pensemos que, en ese contexto de Guerra Fría, la alianza entre ambos suponía: para Estados Unidos, un punto a favor en el sentido de debilitar la influencia y avance de la URSS en la zona, le permitía evitar que China siga aislada del contexto internacional con sus grandes cualidades demográficas y militares, ya que podría suponer una real amenaza; y a la vez, le implicaba un potencial nuevo socio comercial. Para China, le suponía evitar una posible expansión de la URSS en su territorio, mayor apertura económica y reconocimiento internacional. Para ambos, el punto en común era entonces contener a la URSS y mantener cierta estabilidad en la zona de influencia.  

Para ese momento, la población china había perdido la fe en el comunismo y se encontraba en una situación crítica a nivel social y económico. Ocurren movilizaciones en distintos sectores y surgen detractores dentro del partido. En 1976 cuando muere Mao, el partido se divide en tres facciones: aquellos que buscan seguir con el modelo, los reformistas moderados y los reformistas más agresivos. Para 1978 llega al poder un reformista: Deng Xiaoping.

Él va a impulsar un programa diferente a su antecesor, buscando una mayor apertura y reforma. Liberaliza la economía y descentraliza el poder. Se acerca más a Occidente, buscando cerrar acuerdos comerciales y atraer inversiones. Se lleva a cabo una reforma agraria y modernización de la industria. Gracias a las medidas llevadas a cabo, millones de chinos salen de la pobreza.

Bajo su mandato, se abre un capítulo sumamente importante para el desarrollo económico de China al crearse las Zonas Económicas Especiales (ZEE), como una forma de reorientar la economía hacia el exterior. Esto permitió que en ciertas regiones empobrecidas se pudieran aplicar medidas más acordes a un sistema capitalista. Estas zonas estaban destinadas a ser una especie de prueba piloto, al implementar y luego evaluar el impacto de medidas más liberales en China, dejando de lado el régimen comunista de una forma reservada.

Trato preferencial, menor burocracia e infraestructura necesaria, algunos de los incentivos para facilitar y atraer inversiones. Además de crear nuevos puestos de trabajo, atrajo tecnología, permitió el crecimiento sin precedentes de la economía China y mejoró la calidad de vida de la población.

La economía de China se había abierto al mundo, y lo continuará haciendo bajo el resto de los dirigentes venideros; llegando incluso a formar parte de la Organización Mundial del Comercio en 2001. Pero, ¿Qué ocurre a nivel político?

La República Popular China se articula bajo el Partido Comunista Chino (PCCh). Gobierna como única fuerza y tiene un sistema jerárquico (piramidal) con dirigentes en cada región. El presidente es elegido por el Parlamento, el cual controla el PCCh. El mandato es por cinco años y, hasta 2018, podía ser reelegido solo dos veces.

El PCCh no sólo elige al presidente, también a los líderes de cada sector dentro de la sociedad (empresas, escuelas, etc).

No existe la libertad de prensa y los medios de comunicación están bajo control estatal. Las aplicaciones o redes sociales también están restringidas y controladas por el gobierno. Aplicaciones como Whatsapp o Google Maps, por ejemplo, no se pueden utilizar dentro del país.

Aunque a simple vista no pareciera, el partido se encuentra detrás de todos los aspectos económicos del país. Esto principalmente se puede ver de una forma más evidente a medida que se escala jerárquicamente en una empresa, donde quien toma las decisiones es elegido por el gobierno. El gobierno busca que, en cada firma ya sea estatal, privada, pequeña o no; se encuentre un miembro del partido. Pareciera por lo tanto que, hacia adentro, a nivel político, poco ha cambiado en China.

El actual presidente está liderando el partido desde el año 2013, Xi Jinping; fue recientemente reelegido para un histórico tercer mandato. Esto pone en alerta a varios actores y analistas internacionales, ya que se teme un endurecimiento del régimen comunista y un empobrecimiento de los derechos humanos.

Lo cierto es que las reformas llevadas a cabo en China han permitido que este país pueda abrirse al mundo como nunca antes. En los últimos años se ha posicionado como una potencia económica mundial, superando incluso los índices de crecimiento de Estados Unidos.

A nivel político, el Partido Comunista ya ha cumplido más de 100 años de vigencia, lo que le ha permitido mantener cierta línea de acción a lo largo de todos estos años. Una coherencia que por momentos, desde nuestra perspectiva, parece difícil de creer.  

En definitiva, se han llevado a cabo políticas de tendencia comunista y también acciones capitalistas; algo que parece resultar para la República Popular. 

Parece contradictorio pensar entonces que si China genera más riquezas gracias a su apertura y liberalizaciòn económica, se provocarìa un efecto “dominó” hacia su sistema político; tornándose hacia una democracia màs liberal y no tan verticalista, cosa que al momento no ha ocurrido, y pareciera no ocurrirà en un futuro cercano. 

Por otro lado, si bien el partido ha mantenido su línea de partido único comunista; el crecimiento económico de China ha sido exponencial, posicionándose como una potencia a nivel mundial en pocos años. Por lo tanto, parece evidente que desde el Gobierno chino se han tomado medidas más certeras que varios países con una democracia de tendencia más liberal. Esto invita a poner sobre la mesa al histórico debate de si un sistema democràtico liberal conlleva a un mayor desarrollo económico. 

Tendremos que esperar para ver si en los años venideros el Partido optará por expandir su poder hacia adentro o hacia afuera, y en cualquier caso, analizar el impacto de las medidas que tomará, ya que claro está, China ha venido para quedarse en el escenario mundial. 

Bibliografía

España. Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (2023). Oficina de información diplomática ficha país: China. Recuperado de: https://www.exteriores.gob.es/documents/fichaspais/china_ficha%20pais.pdf 

Uría, I. (2022). Nixon en China. Medio siglo de un viaje que lo cambió todo. Nuestro tiempo: revista cultural y de cuestiones actuales. 713. Recuperado de: https://nuestrotiempo.unav.edu/es/grandes-temas/nixon-en-china-medio-siglo-de-un-viaje-que-lo-cambio-todo

Este es un artículo de opinión.

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