Grupo de Investigación de Comunicación Política
Línea de investigación de Procesos Políticos
Minassian, Matías. Estudiante de la Licenciatura en Ciencia Política, Universidad del Salvador. [email protected]
Cita sugerida: Minassian, M. (2022). Más allá de la izquierda y la derecha: La nueva lógica de las elecciones en América Latina. Centro de Estudios Estratégicos de Relaciones Internacionales, 1-7.
Palabras clave: América Latina, oposiciones, izquierda, derecha, elecciones.
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Los recientes procesos políticos electorales en la región de América Latina han dejado en jaque a los gobiernos de centro-derecha y derecha de la región, y han permitido un avance de la centro-izquierda e izquierda en distintos países. En ese sentido, la victoria de Gustavo Petro en Colombia ha dejado mucho para debatir acerca del actual rumbo político de Latinoamérica. El comentario más común que ha surgido en los medios de comunicación ha sido que podría tratarse de un “nuevo giro a la izquierda”. A mi parecer, ese análisis peca de ser muy simplista, pues la realidad parece ser mucho más compleja de lo que aparenta, moviéndose con lógicas que superan lo meramente ideológico.
La situación actual de la región
Es una realidad innegable que la izquierda ha ganado terreno y que el mapa político de la zona se ha teñido de rojo en múltiples países. A la victoria de Gustavo Petro, se han sumado en este último tiempo la victoria de Gabriel Boric en Chile (2021), de Xiomara Castro en Honduras (2022) y Pedro Castillo en Perú (2021). A este listado debemos incluirles otras victorias pasadas de partidos políticos tendientes a la izquierda dentro del espectro político. Por ejemplo, el peronista Alberto Fernández se hizo con la presidencia de la Argentina en 2019, junto con la coalición del Frente de Todos. En 2020, Luis Arce ganó las elecciones en Bolivia de la mano de Movimiento al Socialismo, el partido liderado por el expresidente Evo Morales. Y en 2018 la coalición de izquierda a centro-izquierda de Juntos Haremos Historia triunfó en las elecciones mexicanas, colocando a Andrés Manuel López Obrador como presidente de México.
De esta manera, Argentina, México, Bolivia, Perú, Honduras, Chile y Colombia tienen actualmente líderes asociados, en mayor o menor medida, a un espectro de izquierda. Y a esto se le suma que muchos analistas ya están dando por ganador a Lula Da Silva para las elecciones presidenciales de Brasil que se realizarán este mismo año en octubre.
Por su parte, siguen habiendo algunos gobiernos que se asemejan más a un espectro político de derecha en América Latina. En Uruguay, gobierna desde principios del 2020 el candidato del partido Blanco, Luis Lacalle Pou. En Paraguay, Mario Abdo Benítez gobierna desde el 2018, habiendo ganado las elecciones junto con el Partido Colorado. Por su parte, Ecuador presentó un cambio en el espectro político hacia la derecha a inicios del 2021, con la victoria del candidato Guillermo Lasso. A este conjunto de países se le suman tanto Guatemala como Costa Rica y el actual Brasil, gobernado por Jair Bolsonaro.
En todo este panorama tenemos casos excepcionales como los de Nicaragua, Venezuela y Cuba, que se encuentran dentro del espectro político de izquierda pero que muchos analistas catalogan como países con una dudosa calidad democrática porque se han vulnerado los derechos humanos de los ciudadanos.
Imagen disponible en documento PDF. Fuente: Agence France-Presse (citado en Izus, 2022).
¿Parecido a la izquierda de los 2000?
Es imposible no preguntarse si el panorama actual es o no un reflejo del de principios de los 2000. ¿Es la misma izquierda y con la misma proporción? Aquella de inicio de siglo tenía un gran número de dirigentes tales como: Nestor Kirchner, Tabaré Vazques, Lula da Silva, Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, entre otros.
Sin embargo, esa izquierda se caracterizaba por ser bastante más radical que la actual. Los recientes dirigentes de izquierda más que ser “rojos” parecen ser “colorados”. Pues tienen un tinte más socialdemócrata que hace hincapié en el respeto por los derechos humanos. La izquierda más radical de principios de siglo aparenta estar quedando atrás, dando paso a una izquierda más moderada. Pues es muy poco comparable un gobierno como el de Hugo Chavez con un gobierno como el de Alberto Fernandez. Aunque se acerque a parecerse en proporción, la nueva izquierda intenta refrenar y atemperar opiniones de la de principios de siglo XXI. Igualmente, en la actualidad sigue habiendo dirigentes de izquierda que tienden a un discurso que se va a los extremos, principalmente en los países antidemocráticos, como puede ser el caso de Nicolás Maduro.
La nueva “lógica de las oposiciones”
Es muy común interpretar los cambios en los tintes políticos de la región como si ésta funcionara como un péndulo que va de izquierda a derecha. Pero en un mundo como el de 2022 que ha pasado por una pandemia, esta lógica parece empezar a complejizarse.
Considero que es temprano como para empezar a hablar de un giro a la izquierda. En todo caso Brasil, que posee el mayor Producto Interno Bruto (PIB) de la región, sería el que terminaría por definir esto que muchos aclaman como una tendencia roja. Pero la cuestión está en que esa “marea roja” podría revertirse en el corto plazo.
En Argentina, por ejemplo, todo apunta a que en 2023 la coalición de Juntos por el Cambio, que une dos partidos argentinos muy importantes como son la Unión Cívica Radical (UCR) y Propuesta Republicana (PRO), se hará con la presidencia desplazando al Frente de Todos. Frente que ha pasado por problemas económicos, por luchas políticas internas y problemas de legitimidad frente a una sociedad que comienza a ver con disgusto a los partidos que han tenido que gobernar en tiempos de pandemia mundial. Las elecciones legislativas demostraron una victoria contundente de Juntos por el Cambio con el 41,97% frente a un 33,57% del Frente de Todos. A esto se le suma que el Frente de Todos salió derrotado en provincias como Buenos Aires y Santa Cruz, las cuales han sido dominadas históricamente por el peronismo (La Nación, 2021). Dejando un panorama en el cual se espera que se repitan los resultados de las legislativas y hasta con posibilidad de ampliar la diferencia a favor de Juntos por el Cambio en las presidenciales del 2023.
A todo este contexto se le suman los serios problemas de legitimidad e institucionalidad que sufre actualmente Pedro Castillo en Perú. Un dirigente que dice “estar aprendiendo” a gobernar un país, habiendo instaurado Estado de sitio por un día por no poder controlar protestas. Los pedidos de renuncia que se le han hecho al presidente hacen pensar que debido a la débil democracia por la que pasa Perú, sea difícil estimar que Castillo esté los cinco años en el poder. Desde que finalizó la presidencia de Ollanta Humala en 2016, en Perú no se ha visto un solo presidente que haya podido terminar su mandato de cinco años. Cinco presidentes han pasado en tan solo seis años. Perú pasa por una crisis de gobernabilidad política en un país que parece ingobernable. Un país en el que un Congreso unicameral puede destituir presidentes con la suma de 87 votos de 130. Castillo ha pasado por dos intentos de destitución en tan solo ocho meses. A esto se le suma que este 30 de junio Pedro Castillo abandonó Perú Libre, el partido que lo llevó a la presidencia, lo que le abrió el camino a una oposición que ahora ve más cerca que nunca una posible destitución sumando los votos de los congresistas que hace semanas eran parte del oficialismo.
Es más que evidente que los problemas económicos y políticos que ha dejado la pandemia mundial de COVID-19 han afectado la visión que la sociedad tiene de las instituciones. Hay un descontento general con los gobiernos y una caída en la imagen de aquellos que los dirigen. La insatisfacción con la democracia creció junto con el desprecio a los partidos que les ha tocado afrontar la pandemia. Pues hasta los países más estables macroeconómicamente han presentado cambios en la imagen sobre sus partidos y gobernantes.
Teniendo esto en cuenta hay que mirar el hecho de que estas nuevas elecciones están dando vuelta la tortilla en sus países. Pues literalmente todas las elecciones que se han dado de 2021 a 2022 en la región han cambiado el espectro político del país en cuestión. De Piñera a Boric en Chile, de la derecha unipartidaria de Colombia a Gustavo Petro, del Correísmo y el gobierno de Lenín Moreno Garces a la victoria de Movimiento CREO con Guillermo Lasso en Ecuador, entre otros ejemplos.
Basta con ver rápidamente el mapa para darse cuenta que la lógica por la que asumen estos nuevos gobiernos no es precisamente por la ideología que éstos representan. La lógica no es sólo ideológica, de izquierdas ni de derechas, se trata de la nueva lógica de las oposiciones. Están ganando los partidos que fueron oposición en los tiempos más duros de la pandemia, no precisamente la izquierda. Estas elecciones están marcadas más por la derrota de oficialismos que por la victoria en sí misma, lo cual habla mucho de lo que ocurre.
Todavía quedan ciertos gobiernos que se han tenido que enfrentar a la pandemia que pueden presentar cambios en sus liderazgos. Es el caso de México, que pondrá en juego la presidencia en sus elecciones de 2024. El mantenimiento en el poder del partido de centro-izquierda Movimiento de Regeneración Nacional se enfrentará a un panorama complejo por dos razones. En primer lugar, por la misma lógica de victorias opositoras que se están dando que hará más tendiente el cambio hacia la derecha. Y segundo, por la larga tradición que han tenido partidos como el PRI y el PAN, que esperan expectantes una vuelta de su hegemonía bipartidista.
Tanto en 2023 como en 2024 se votará la presidencia en Paraguay y Uruguay respectivamente. En Paraguay pareciera ser muy difícil que ocurra un giro a la izquierda debido al bipartidismo que hay entre liberales y conservadores. En todo caso, hay chances de que triunfe el Partido Liberal Radical por sobre el Partido Colorado, pero sería poco probable ver que surja una nueva fuerza de izquierda. Y en el caso uruguayo, Luis Lacalle Pou parece seguir manteniendo esos pocos votos que lo llevaron a la presidencia. Esto se vio reflejado en la aprobación de la Ley de Urgente Consideración, resultando el referéndum a favor del Partido Blanco con un 50,51% (InfoBae, 2022).
Conclusiones
La situación de América Latina no vislumbra un rumbo muy claro. Más allá de la propensa opinión del “giro a la izquierda”, esto parece ser más un “giro hacia las oposiciones”. La izquierda que asume hoy se tendrá que encontrar con la derrota de los que asumieron antes. Esta nueva “marea roja” que muchos anuncian de manera anticipada, puede no durar mucho. Pues precisamente porque la lógica no es ideológica, los cambios en el espectro político funcionan para ambos lados. Porque más allá de la izquierda y la derecha, este es tiempo de oposiciones.
Referencias
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Este sería el cuestionario de la encuesta con la que Morena seleccionaría a su candidato para 2024. (2022, 6 julio). Infobae. https://www.infobae.com/america/mexico/2022/06/08/estas-serian-el-cuestionario-de-la-encuesta-con-la-que-morena-seleccionaria-a-su-candidato-para-2024/
Izus, G. (2022, 20 junio). El Mapa Político De América Latina. Barron’s. https://www.barrons.com/news/spanish/el-mapa-politico-de-america-latina-01655734209?tesla=y
Lafuente, J. (2021, 18 abril). Kirchner, Uribe, Morales, Fujimori. . . El pasado pesa mucho en América Latina. El País. https://elpais.com/ideas/2021-04-17/kirchner-uribe-morales-fujimori-el-pasado-pesa-mucho-en-america-latina.html?event=go&event_log=go&prod=REGCRART&o=cerrideas
Toledo, C. (2022, 20 junio). Una “nueva ola” de izquierda avanza en América Latina. Deutsche Welle. https://www.dw.com/es/una-nueva-ola-de-izquierda-avanza-en-am%C3%A9rica-latina/a-62196558
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Pimentel, V. C. (2022, 4 julio). Renuncia de Pedro Castillo a Perú Libre podría afectar su permanencia en la presidencia de la República. Infobae. https://www.infobae.com/america/peru/2022/07/05/renuncia-de-pedro-castillo-a-peru-libre-podria-afectar-su-permanencia-en-la-presidencia-de-la-republica/
