Por Hebe Lis Navarro, Directora Ejecutiva del CEERI. Doctoranda en Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional de San Martín, Argentina. 

Cita sugerida: Navarro, H. L. (29 de enero de 2024). Sobre opiniones en tiempos de transiciones y crisis del orden mundial. Columna de Opinión. Centro de Estudios Estratégicos de Relaciones Internacionales. URL: https://www.ceeriglobal.org/sobre-opiniones-en-tiempos-de-transiciones-y-crisis-en-el-orden-mundial/

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El Centro de Estudios Estratégicos de Relaciones Internacionales vuelve a inaugurar, como cada año, este notable espacio de divulgación de opiniones y análisis que resultan del seguimiento de los aconteceres internacionales y del compromiso asumido por los voluntarios y voluntarias en aportar claridad a los debates que consideran sustanciales y urgentes.

En tiempos en que los estudios sobre las transformaciones del sistema internacional dan lugar a los análisis sobre las transiciones hacia una nueva era, ya sea en torno a las formas de desarrollo humano, de aprovisionamiento energético, de modelos democráticos, entre otros, los posicionamientos de los jóvenes se vuelven cruciales y reveladores del porvenir. Más aún cuando esas transiciones desencadenan cambios significativos e inmersivos como el impacto de la digitalización o demandan un desenlace urgente como el tránsito hacia una sociedad más sustentable y sostenible. 

¿Por qué hablar de transiciones? En gran parte debido a que los sucesos que desafiaron a la sociedad mundial en la historia marcaron un norte, un conjunto de principios y valores compartidos que no deberíamos abandonar sino defender y mantener vigentes, como metas que organizan dónde o hacia dónde nos dirigimos. La transición se presenta entonces como una especie de intervalo temporal que contiene fases pero que se dirige a la instalación de un nuevo acuerdo, en el mejor de los casos más humanitario. Al recorrer las columnas del año anterior hay un elemento transversal, la necesidad de fortalecimiento de los espacios multilaterales a nivel internacional. Así, los temas sobre los que se discute, se generan debates y se titulan como cuestiones acuciantes suelen resurgir y repetirse durante el transcurso del año en tanto suponen nuevas batallas que superar para la consecución de un mundo más igualitario, libre y pacífico a partir de la tolerancia y el diálogo entre las naciones. 

Es por esto que los conflictos armados fueron y serán en los tiempos venideros el núcleo de las discusiones de la palestra internacional en tanto desafían al orden mundial. Allí, la lógica geopolítica toma protagonismo y el multilateralismo se prolonga como telón de fondo, a la vez que vuelven a quedar en entredicho los marcos globales de seguridad colectiva. Si la invasión rusa de Ucrania fue el escenario inesperado en 2022, que acabó determinando la aceleración del proceso de erosión del orden post 1945, es a partir de ahora que el mundo empieza a notar el verdadero alcance y profundidad del impacto global de la guerra. Aún así, Volodimir Zelenski ha expresado en varias ocasiones su temor a que la agresión militar rusa haya quedado en un segundo plano. De modo que el temor a un estancamiento que cronifique el conflicto se presenta como un escenario que se extiende cada vez más. Mientras, Putin confirma que se presentará a la reelección presidencial en marzo, nuevamente sin grandes rivales enfrente. 

El conflicto de la Franja de Gaza y su impacto en todo Oriente Próximo protagonizó el tramo final del 2023, como origen de un atentado sin precedentes a manos de milicianos de Hamás que desató una ofensiva militar israelí que acumula hasta el presente más de 20.000 palestinos fallecidos entre civiles y combatientes, dos tercios de los cuales son mujeres o menores de edad. El temor a un contagio del conflicto es constante, habida cuenta de los lazos que Irán mantiene no solo con Hamás, sino con Hezbolá en Líbano o con los rebeldes hutíes en Yemen. Estos conflictos finalmente son crisis en curso que desafían el tránsito hacia un sistema de paz aumentando la sensación de desorden, de incertidumbre geopolítica y agitación social. Al mismo tiempo, los avances tecnológicos que se han convertido en un espacio de confrontación determinante, continúan sin un marco internacional que regule las relaciones geopolíticas en el ciberespacio.

Las opiniones se vuelven análisis prospectivos en tanto estos enfrentamientos armados alteran los equilibrios geoestratégicos globales en plena mutación provocando que las principales potencias se posicionen evidenciando diferentes enfoques entre los países llamados a ser los dos principales polos de poder global, Estados Unidos y China. En un constante tire y afloje comercial y político, sus movimientos no resultan en un mundo dividido en dos bloques estancos, sino en plena reconfiguración de alianzas, que obliga al resto de actores a resituarse constantemente ante las nuevas dinámicas de competición estratégica y a buscar espacios propios en una transición que es global.

Un lugar donde la opinión se vuelve clave gira en torno a la evolución de la democracia dado que en este siglo ha sido, al menos, incierta. En América Latina, la trayectoria democrática se ha caracterizado por un gran número de avances y retrocesos que motivan más que nunca su salvaguarda. Este año, se llevarán a cabo más de cuarenta elecciones nacionales y transnacionales en el mundo, en la mayoría de los casos se resguardará que éstas sean libres y justas, en otros casos como el de Rusia, Bielurrusia, Ruanda e Irán serán solo puestas en escena de regímenes autocráticos. Las elecciones en Estados Unidos se presentan nuevamente como un punto de inflexión. 

En general, la mirada estará atenta a las posibilidades de crecimiento de la extrema derecha en el mundo y las transformaciones sociales que la explican. Más allá del contexto actual de crisis socioeconómica y auge del discurso antipolítico, el discurso basado en la libertad individual no debería minimizar la idea de igualdad ya que al hacerlo, pone en cuestión valores básicos que afectan la vitalidad de la democracia.

Finalmente, el mundo se ha enfrentado a un sinfín de cambios que demuestran que, en mayor o menor medida, lo que está en profunda crisis es el desarrollo, de manera más puntual, la estrategia de desarrollo demanda una transición. Así, el intento de transitar hacia un paradigma de desarrollo y consumo más sostenible, resiliente y justo supone ahora el reto más imperioso y requiere un escenario internacional con mayores niveles de multilateralismo, de compromiso y eficacia. La profunda crisis climática se mantiene como uno de los principales retos a nivel mundial por sus efectos humanitarios y securitarios, aunque existen diferencias constantes en torno a la fórmula para combatirlo, como quedó de manifiesto en la COP28. En este marco, entendimos que el activismo social transnacional cumple un papel sin precedentes en la política mundial y que las formas de manifestación de los jóvenes son múltiples, diversas y determinantes.

Ahora bien, posiblemente las breves reflexiones que encierran estas líneas sean la visión más optimista de la realidad futura dado que nuestros valores se han dirigido hacia un consumo incesante y exacerbado de bienes, productos y servicios causando que las emisiones de dióxido de carbono lleguen a niveles impensados. Sin embargo, las oportunidades de la cooperación y el multilateralismo ambiental son exponenciales en la región y podrían favorecer las transiciones estructurales que la coyuntura requiere. 

Estas transiciones que determinan en mayor o menor medida nuestro futuro, están condicionando ya el presente y determinan una responsabilidad social colectiva. Esto motiva a los escritores a tomar parte de la discusiones y nuestros lectores a leer opiniones más allá del flujo cotidiano de novedades. Saludo este espacio de análisis internacional donde encontrar ángulos de optimismo se vuelve difícil pero no inviable para jóvenes entusiastas por un mundo más igualitario y justo. 

Las opiniones y contenido no reflejan o representan necesariamente la postura del CEERI como institución.